Si no hubiera dicho aquello, si no hubiera sido allá, si no hubiera hecho aquello… La serie que Tv3 está emitiendo este otoño «Si no t’hagués conegut» me ha inspirado. Si no la estáis viendo, os hago un breve resumen: la vida del protagonista hace un giro inesperado por una desgracia que él mismo provoca y, gracias a los experimentos de una intrigante doctora, tiene la posibilidad de viajar a otras dimensiones y rehacer sus decisiones vitales. Pero los hechos no son como él esperaba.

Reflexionando sobre este planteamiento de que habría pasado si hubiera hecho las cosas de manera diferente, os quiero hablar sobre como las decisiones que tomamos a la vida son como las bifurcaciones que vas encontrando a tu camino y la elige que haces para avanzar.

Quizás habréis visto el discurso que Steve Jobs hizo en 2011 el día de la graduación de los alumnos de la Universidad de Stanford y, si no, os recomiendo que lo veis. Explica tres historias biográficas penetrantes y una de ellas hace referencia justamente a cómo en el momento presente, si hiciéramos la mirada atrás, entenderíamos que todas las bifurcaciones que nos hemos ido encontrando y las decisiones que hemos ido tomando en nuestro recorrido vital han constituido el que somos ahora y aquí. Y esto es lo que hay, ¡nada más y nada menos!

La programación neurolingüística (PNL), que por quien no la conozcáis es la pseudociencia que estudia la conducta humana, nos dice que los hechos son aquello que se produce en la realidad y que nosotros tenemos la enorme libertad (me gusta denominarlo así, aunque sea redundando), de elegir siempre como nos enfrentamos a estos hechos, es decir, qué actitud elegimos para gestionar aquello que la vida, sin pedirlo, nos planta delante.

Otra de las aportaciones que en este sentido nos hace la PNL, son dos de las premisas en que se basa esta pseudociencia y que hacen referencia a las decisiones que tomamos a la vida. La primera nos dice «toda persona, ante una decisión, elige la mejor opción de entre todas las disponibles»; y la segunda nos dice «toda conducta tiene una intención positiva para quien la hace».
¿Qué quiere decir esto? Pues que las personas cuando elegimos nuestras opciones ante las bifurcaciones que nos plantean los hechos que se producen a nuestras vidas, siempre escogemos la mejor opción con la mejor intención que teníamos en el momento que hicimos esta elige: con las circunstancias que nos rodeaban, con las capacidades que teníamos, con la experiencia que en aquel momento acumulábamos en la espalda, etc.

Por lo tanto qué sentido tiene dejar que nuestra mente viaje hacia el pasado imaginando el que hubiera podido pasar si hubiera decidido diferente? Qué sentido tiene flagelarnos sintiéndonos culpables del que pasó como consecuencia del que decidimos? En definitiva, qué sentido tiene arrepentirse de las decisiones que tomamos? Es un gasto de energía completamente inútil. El pasado está pasado y no lo podemos cambiar. El que sí que podemos hacer es aprender de los resultados positivos y de los resultados negativos que nuestras decisiones han causado en nuestras vidas para decidir de manera diferente en el que está pasando ahora y en el que pasará en el futuro a medida que se vaya convirtiendo en presente.

Siempre me sentiréis decir que yendo bien la vida es muy corta, la esperanza de vida está en torno los 83 años y 6 meses de media entre hombres y mujeres. Yo que ya estoy cerca de los 50, considero que sólo me queden 33 años y 6 meses de vida es mucho y muy poco tiempo!!! Pero no olvidamos que la vida, además, es muy fugaz. Todos hemos vivido la tragedia de perder personas jóvenes de nuestro entorno como consecuencia de enfermedades o accidentes. Por lo tanto, mi conclusión es que toda la energía que empleamos al dejar que nuestra mente imagine los escenarios de que habría pasado si…, es energía que tiramos directamente a la basura y derrochamos para vivir intensamente el único momento por el cual la necesitamos, el momento presente.

Hoy, después de tomar conciencia de todas las bifurcaciones que he tenido a la vida y de todas las decisiones que he tomado, estoy convencida que el qué os explico os puede ser útil. Tanto es así, que en una de estas bifurcaciones decidí vivir con intención el momento presente y dedicarme a transmitir los beneficios de vivir con conciencia llena a través del Mindfulness.