Cada vez recibo más demandas de padres y madres desconcertados que buscan la mejor manera de gestionar la relación que tienen con su hijo o su hija adolescente.

La adolescencia es un momento de exploración, de descubrimientos, de cambios físicos, de nuevos razonamientos, de tener como referentes los amigos y no los padres. Como adultos, nos descoloca su lenguaje, su actitud, su apatía e, incluso, sus crisis emocionales. A menudo, nos es difícil aceptar que en esta etapa de la vida de nuestro hijo o hija hemos pasado en un segundo plan. Pero, es ley de vida.

Este año, además, se suma el efecto que ha tenido la pandemia de la Covid-19 en su día y a día y, sobre todo, en su salud mental y su bienestar emocional.

Las cifras hablan por si solas:

  • 1 de cada 4 persones adultas tendrá un problema de salud mental en algún momento de su vida y se considera que el 50 % de estos trastornos aparecerá antes de los 18 años, a pesar de que a menudo no se diagnostican hasta la edad adulta.
  • El informe anual de Unicef sobre el estado de la niñez al mundo se centra el 2021 por primera vez en la salud mental. Y las cifras que aporta son enormes y preocupantes: hay unos 166 millones de niños, niñas y jóvenes de entre 10 y 19 años con enfermedades mentales diagnosticadas. Casi el 43 % de los casos son por ansiedad y depresión, los trastornos del comportamiento superan el 20 %, y también es el caso de los trastornos por déficit de atención e hiperactividad.
  • Entre los adolescentes y jóvenes, el suicidio es la cuarta causa principal de muerte, la mayoría a veces, a consecuencia de una depresión. El informe de Unicef precisa que cada año se suicidan en el mundo casi 46.000 jóvenes de 15 a 19 años, uno cada 11 minutos.
  • Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 10 y un 20 % de los adolescentes presentan o presentarán un trastorno mental.

Pero, ante esta situación tan desesperante, ¿qué podemos hacer?

Seguro que me has sentido a decir más de una vez que hay dos tipos de personas: las que esperan que las cosas pasen, y las que hacen que pasen cosas, se avanzan a los problemas y toman las medidas necesarias para afrontarlos de manera positiva.

Es útil, pues, que como padre o como madre te anticipes y te prepares porque cuando llegue el momento te sientas capaz de ayudar a tus hijos a tener cura de su salud emocional y mental, de relacionarte con ellos en esta nueva etapa vital de su vida, que los escuches con una mirada atenta, que aprendas a encontrar tu lugar, a saber encontrar aquella distancia óptima, más cerca o más lejos según el momento.

Si quieres, podemos acompañarte en este camino desde el coaching para adultos y también podemos ayudar a vuestros hijos desde el coaching para adolescentes y jóvenes. Estamos enfocándonos con muchas ganas hacia este colectivo para proporcionarles los recursos que necesitan para autogestionarse.

Bien pronto, os presentaremos una evolución del Coaching Muntan 😉