Las personas somos seres relacionales.

Desde muy pequeñas establecemos relaciones porque necesitamos estar en contacto con otras personas y sentirnos queridas, respetadas, apoyadas y acompañadas en el camino de la vida.

Pero, las únicas relaciones que elegimos son las amistades y la pareja. Todo el resto son relaciones impuestas. Estamos condicionadas a tener que relacionarnos con personas que no hemos elegido. Y no nos han enseñado y, muchas veces, la comunicación con ellas no fluye.

Ante este hecho, lo primero que puedes hacer es aceptar que en tu vida hay relaciones impuestas.

«Todo lo que resiste persiste. Y todo lo que aceptas se transforma.»

Acéptalo, deja de resistirte, de quejarte, no quieras transformar a nadie. Es inútil.

Otra de las cosas que puedes hacer es cultivar aquellas relaciones que has elegido. Ponerle aprecio, amor.

Pero no caigas en la superficialidad.

Cuántas veces has dicho:

  • tengo una amiga que es una persona muy importante en mi vida.
  • tengo un compañero de vida de 10.
  • él (o ella) es el único amigo de verdad que tengo.

Y cada vez pasas menos tiempo con ellas y ellos, sea por el motivo que sea. Culpas a la rutina, a los horarios, a la distancia, a la falta de tiempo… Y os veis solo una vez a mes, una cada dos meses, una vez al año…

Mi pregunta es clara: ¿por qué dejas de compartir tiempo con estas personas si dices que son las personas más importantes de tu vida?

Haz algo para estar con ellas. Pasa tiempo con la gente que te importa, con las relaciones que has elegido.