Stephen Covey fue un referente de la gestión personal y profesional que nos mostró una manera muy práctica para evaluar nuestras preocupaciones: el círculo de influencia de Covey, una herramienta muy útil para decidir y tomar conciencia de hasta qué punto tu puedes actuar ante los diferentes hechos que afectan tu vida.

Las tres áreas del círculo de influencia de Covey son:

  • El área de control: es donde encontramos aquellas situaciones que solo dependen de nosotros, donde nosotros somos los máximos responsables del resultado de esta situación. Covey dice que no tiene ningún sentido que estas situaciones te estresen, puesto que tú las puedes modificar y cambiar.
  • El área de influencia: es donde están la mayoría de las situaciones de nuestro día a día, porque son las que están relacionadas con personas o circunstancias externas. Aquí, Covey dice: tú puedes hacer todo aquello que esté en tus manos para hacer que el resultado de esta situación sea favorable para ti, pero no tienes su garantía, porque hay factores dentro de esta situación que no dependen de ti. Lo que sucede en esta área de influencia es que a menudo elevas las expectativas en aquello que no depende de ti y es por eso que son las situaciones que más te estresan, porque el resultado negativo no responde a tus expectativas. Pero tienes que tomar conciencia que no depende todo de ti, por lo tanto, si rebajas tus expectativas dentro de esta área de influencia, serás capaz también de no estresarte tanto ante este tipo de situaciones.
  • El área de no control: es donde encontramos aquellas situaciones donde tú no tienes capacidad de influencia, no puedes influir.

Si me conoces, más de una vez ya me habrás escuchado decir lo siguiente: los hechos son los hechos y ante los hechos poca cosa puedes hacer. Allá donde sí que puedes actuar es en la actitud con que te relacionas con los hechos: hasta qué punto dejas que estos hechos te afecten. Es solo la actitud lo que puedes decidir ante aquellas situaciones que mayoritariamente están fuera de tu control. Por lo tanto, puedes cuidarte, respetarte, ejercitar tu mente… para que el estrés y la ansiedad no se instalen dentro de ti y porque la tristeza te afecte lo mínimo posible.